"Hazte con todos"

 

Pokémon GO, un juego de realidad alternativa que mezcla componentes culturales, sociales y de movilidad.

 


Dos chiquillos andan por la calle. Se paran, retroceden y se vuelven a detener. En efecto, están jugando al juego de moda: Pokémon GO. Una aplicación que trae a los bichos que fueron los reyes de los 90 en nuestras consolas, dos décadas después, a nuestros smartphones.


Se trata de un juego de realidad alternativa, es decir, una aplicación que une el mundo real al virtual con el objetivo de entretener y comunicar a través de experiencias que viven los propios usuarios. Un mundo que van descubriendo, a medida que avanzan en el juego y descubren nuevos lugares, potenciando la participación, interacción e implicación de los gamers. Todo esto da lugar a la triangulación perfecta: cultural, móvil y social.

Pokémon GO, ¿cultural? ¿dónde tiene el componente móvil? ¿Y el social? Vamos por pasos a explicar todo lo que este juego trae, más allá del entretenimiento que proporciona.

Uno de los elementos fundamentales son las ‘Pokeparadas’, lugares simbólicos de nuestro entorno cotidiano donde podemos encontrar ítems y provisiones que nos facilitarán el juego. Con ellas, se introduce el elemento cultural, teniendo algunas veces descripciones de los propios monumentos en los que se sitúan.

Para llegar a estos lugares hay que andar, hacer ejercicio y así acabar con el sedentarismo actual que existe en la sociedad mediante la movilidad de sus jugadores. Donde para capturar más pokémon mediante las ‘pokéballs’, hay que caminar a lo largo de la ciudad, al igual que para hacer que eclosionen los huevos que podemos encontrar en las mencionadas Pokeparadas.

Todo ello, rodeado por un entorno social. Tanto con las macroquedadas que los jugadores realizan como con los gimnasios, conquistados por diferentes equipos y haciendo que los participantes se impliquen y luchen para arrebatárselos a sus contrincantes.

Pero… ¿cuál es su público objetivo? Pokémon GO se centra en la gente que tiene mucho tiempo libre… no obstante uno de los retos de la empresa creadora es ese, enganchar al sector que tiene un tiempo limitado y necesita conciliar sus obligaciones con dicho juego.

Lo que es limitada también es la batería, porque a diferencia del tópico que se ha extendido de que se consumen muchos datos, es la batería la que ve descender su porcentaje a pasos agigantados. Ya os podéis imaginar que los fabricantes de power bank deben estar encantados…

Lo que está claro es que el poder de convocatoria de pokémon sigue siendo el mismo, o mayor,  que el de los 90. Eso sí, mientras hace dos décadas los jugadores se reunían alrededor de una consola; ahora, todo se hace en forma de reuniones, con las quedadas anteriormente citadas.

Todo mediante un uso responsable del juego. No utilizarlo mientras conduces o no allanar propiedades privadas podría parecer algo lógico, pero ya se han dado casos de que, la adicción por el juego y la absorción que produce, han llevado a saltarse las normas básicas de convivencia. Por lo que… ¡Cuidado pokemaníacos que hay tiempo para todo!